El sorteo de la Concacaf Champions Cup 2026 dejó sobre la mesa uno de los escenarios más llamativos para el continente: la posibilidad real de que el América se mida al Inter Miami de Lionel Messi, el futbolista más laureado en la historia. Para las Águilas, el torneo representa la oportunidad de romper una sequía de una década sin levantar el título; para las Garzas, el sueño de conquistar por primera vez la competencia que otorga el boleto al Mundial de Clubes.
El atractivo del posible choque aumentó de inmediato entre la afición azulcrema, que quiere ver a su equipo retar a Messi en un escenario oficial y en plena búsqueda de volver a la élite regional. Sin embargo, para que ese duelo tome forma, ambos clubes deberán superar un camino previo que no luce sencillo.
El América comenzará su participación directamente en los Dieciseisavos de Final, donde se encontrará con Olimpia de Honduras, un rival con tradición continental que suele complicar partidos fuera de casa. Si el conjunto de Coapa avanza, su siguiente rival saldrá del enfrentamiento entre Philadelphia Union y Force F.C., una llave que combina experiencia en MLS con un equipo emergente que podría dar la sorpresa.
Solo superando esas dos fases, las Águilas estarían listas para instalarse en los Octavos de Final, donde podrían empezar a vislumbrar el cruce ante Messi y compañía. En medio de la exigencia, el club mexicano también carga con la responsabilidad de llevar una década sin ganar el torneo, una presión que la afición exige transformar en resultados inmediatos.
Del otro lado, el Inter Miami de Lionel Messi, como campeón vigente de la MLS, iniciará su aventura continental desde los Octavos de Final. Ahí espera al ganador de la serie entre Nashville SC y Ottawa. Si las Garzas avanzan, quedarían bien posicionadas para un hipotético duelo frente al América en los Cuartos de Final.
De concretarse ese choque, sería apenas la segunda ocasión en la que Messi dispute un partido oficial en México, un acontecimiento que generaría un ambiente sin precedentes en cualquier estadio del país. La expectativa es enorme, pero antes ambos clubes deberán demostrar que están listos para sostener el peso de un duelo que, desde ya, huele a historia.
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