El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) se ha consolidado como uno de los grupos criminales más violentos y peligrosos en México.
Bajo el liderazgo de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, el CJNG no solo se ha expandido por todo país, sino que ha impuesto un régimen de terror contra periodistas.
Este grupo ha creado un clima de impunidad, lo que ha facilitado el ‘silencio’ de voces críticas y la censura a través de la violencia extrema. A medida que el cártel extiende su control, se ha convertido en una de las mayores amenazas para la libertad de prensa en México.
A lo largo de 2025, el CJNG ha estado vinculado a una serie de asesinatos de periodistas, convirtiéndose en la organización criminal responsable de la mayor cantidad de muertes en este sector.
En 2025, tres periodistas fueron asesinados en estados controlados por el CJNG, lo que resalta la grave situación que enfrentan los comunicadores en México. Estos crímenes son una muestra de cómo el cartel emplea la violencia para frenar la cobertura de temas relacionados con el narcotráfico y la corrupción.
El Cártel de Jalisco Nueva Generación no solo controla áreas del territorio mexicano a través de la violencia física, sino que también ha logrado imponer un control sobre los medios de comunicación. En las zonas donde el CJNG tiene presencia, los periodistas son objetivo de amenazas directas y agresiones, lo que lleva a varios medios a cesar sus actividades de manera temporal. Según Reporteros Sin Frontera, al menos diez periodistas han sido desplazados internamente en México debido a las amenazas de grupos como el CJNG.
El cartel se presenta ante la opinión pública como un “defensor de las comunidades locales”, pero su verdadero objetivo es silenciar cualquier crítica a su poder y eliminar las voces disidentes. En las zonas controladas por el CJNG, el simple hecho de informar se convierte en un acto de resistencia, con periodistas enfrentándose al terror y la represión.
El asesinato de periodistas es solo una de las tácticas empleadas por el CJNG para imponer el silencio en las regiones donde opera.
El cártel de las cuatro letras utiliza el terror total, que incluye la tortura, la escenificación macabra de los asesinatos y amenazas directas a los reporteros y sus familias. Esta estrategia ha logrado mantener a muchos periodistas en silencio, o, en el mejor de los casos, llevarlos a abandonar sus investigaciones.
A pesar de los esfuerzos por parte de organizaciones internacionales y locales para proteger a los periodistas, el clima de impunidad sigue favoreciendo al CJNG. La falta de castigo para los responsables de estos crímenes refuerza la percepción de que el poder del cartel es incuestionable.


