La reciente reforma arancelaria aprobada por el Congreso de la Unión encendió alertas en Brasil, que observa con cautela los posibles efectos sobre su relación comercial con México.
El gobierno brasileño advirtió que la medida impactará importaciones de países sin acuerdos de libre comercio con México, entre ellos varias economías asiáticas.
Aunque el cambio no apunta directamente a Brasil, la preocupación radica en los efectos colaterales que podría generar en el comercio bilateral.
En particular, el país sudamericano teme que el nuevo esquema arancelario termine por diluir preferencias existentes para sectores distintos al automotriz.
De acuerdo con un comunicado oficial del gobierno del presidente Lula da Silva, las autoridades brasileñas esperan la publicación del texto final de la ley para realizar una evaluación completa de sus impactos.
El mensaje subraya que el análisis dependerá de las listas definitivas de productos sujetas a los nuevos aranceles.
Brasil y México mantienen una relación económica relevante en América Latina, con flujos comerciales y de inversión que han crecido en los últimos años, lo que explica el seguimiento puntual a cualquier cambio regulatorio.
El miércoles, el Senado de la República aprobó la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación (Ligie) que impone aranceles de entre 5 y 50 por ciento a unos mil 463 productos de China y otros países asiáticos con los que no existe un tratado comercial, en sectores como el textil, aluminio o plásticos a partir del 1 de enero de 2026.
La aprobación de la ley, por iniciativa de la presidenta, Claudia Sheinbaum, se dio con 76 votos a favor, 5 en contra y 35 abstenciones.
La minuta, que ya había sido aprobada por la Cámara de Diputados y fue considerada de “urgente resolución”, no tuvo reservas y fue enviada al Ejecutivo Federal.
En un comunicado, el Senado indicó que la ley “busca implementar acciones concretas que permitan una interacción equilibrada del mercado”, para evitar distorsiones económicas que puedan afectar la relocalización de los sectores productivos considerados estratégicos para México, así como la atracción de nuevas empresas e industrias de alto valor agregado.
El gobierno brasileño precisó que la reforma arancelaria no debería afectar de manera significativa al sector automotriz, ya que este comercio se rige por un acuerdo sectorial específico: el Acordo de Complementação Econômica nº 55 (ACE-55).
Este instrumento ya establece condiciones de libre comercio entre ambos países en ese rubro.
Brasil expresó su inquietud por la posibilidad de que el aumento de aranceles erosione las preferencias bilaterales existentes en áreas distintas al sector automotriz.
De concretarse, ello podría afectar negativamente tanto el comercio como los flujos de inversión entre ambos países.
Ante este escenario, el gobierno brasileño informó que ha mantenido contacto directo con autoridades mexicanas para dialogar sobre los posibles efectos de la reforma y reiterar la importancia de la previsibilidad y la seguridad jurídica.
En su comunicado, Brasil subrayó que espera que decisiones unilaterales que impacten el comercio bilateral sean evaluadas bajo el compromiso mutuo de fortalecer la integración productiva.
El país aseguró que continuará un diálogo constructivo con México para preservar un entorno favorable a los negocios y a la cooperación económica.
Con información de EFE


