El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, anunció que el sospechoso del tiroteo masivo más letal del país en tres décadas será formalmente acusado este miércoles.
De acuerdo con las autoridades, los presuntos responsables del ataque son un padre y su hijo. Sajid Akram, de 50 años, fue abatido por la policía en el lugar, mientras que su hijo de 24 años, Naveed —según identificaron medios locales—, también resultó herido por disparos policiales y permanecía hospitalizado bajo fuerte vigilancia, aunque salió del coma este miércoles por la mañana.
“Será acusado formalmente, si no lo ha sido ya, y espero que eso ocurra en las próximas horas”, señaló Albanese en declaraciones a un podcast. La policía de Nueva Gales del Sur informó que planea interrogar a Naveed tan pronto como abandone la sedación y tenga a su abogado presente.
El ataque terrorista ocurrió el domingo durante una celebración de Janucá en la playa Bondi de Sídney, el cual dejó profundas secuelas en la comunidad local y generó preocupación por el aumento del antisemitismo y del extremismo violento en Australia.
La investigación reveló que ambos sospechosos habían viajado semanas antes al sur de Filipinas, una región conocida por la actividad de grupos militantes islamistas, y las autoridades australianas sospechan que el ataque pudo estar inspirado por el Estado Islámico.
Mientras continúan las pesquisas, la comunidad judía de Australia comenzó a celebrar los funerales de las víctimas de este atentado, que conmocionó al país y reavivó el debate sobre la seguridad y la radicalización.
Este miércoles se realizó el funeral del rabino Eli Schlanger, quien se desempeñaba como rabino asistente en la sinagoga Chabad Bondi y era padre de cinco hijos. Schlanger era ampliamente reconocido por su trabajo en la comunidad judía de Sídney a través de Jabad, organización dedicada a fortalecer la identidad y los lazos judíos.
Según el líder comunitario Alex Ryvchin, el rabino visitaba de manera regular prisiones y brindaba apoyo a judíos residentes en viviendas sociales de la ciudad.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, no confirmó si ir a los funerales: “Asistiría a cualquier evento al que me inviten; estos funerales que se están llevando a cabo son para despedir a los seres queridos de la gente”, señaló a ABC Radio, sugiriendo que no había recibido invitación para participar.
Por otra parte, Albanese informó que Ahmed al-Ahmed, de 43 años —reconocido por haber intervenido para desarmar a uno de los atacantes y que resultó herido de bala durante el tiroteo— tenía previsto someterse a una cirugía este miércoles.
El primer ministro enfrentó cuestionamientos por parte de sectores que consideran que su gobierno de centroizquierda no actuó con suficiente firmeza para contener el avance del antisemitismo en el país, ni pudo prevenir el reciente tiroteo masivo en Bondi Beach.
“Trabajaremos con la comunidad judía, queremos erradicar el antisemitismo de nuestra sociedad”, afirmó Albanese ante la prensa. El mandatario también se refirió al ataque perpetrado en Sídney, señalando que buscan erradicar la ideología maligna de lo que, según los investigadores, parece ser un ataque inspirado por ISIS. “Ese tipo de odio no tiene cabida”.
Albanese reveló además que Naveed Akram, tirador bajo custodia, fue investigado brevemente en 2019 por la agencia de inteligencia nacional australiana debido a posibles vínculos con el Estado Islámico. Sin embargo, en ese momento las autoridades no hallaron pruebas que indicaran que constituyera una amenaza.
(Con información de Reuters)

